Peatón: Un proceso que rehusa a ser cristalizado, pero desea ser.

Caminabilidad, peaton

La verdad es que hoy en día: no somos, incluidos los caminantes, sino cruzados de corazón débil que acometen sin perseverancia empresas inacabables. Nuestras expediciones consisten sólo en dar una vuelta, y al atardecer volvemos otra vez al lugar familiar del que salimos, donde tenemos el corazón. La mitad del camino no es otra cosa que desandar lo andado.

Henry David Thoureau
Walking, 1862

En México el 75% de los recorridos se hacen a pie En México el 75% de los recorridos se hacen a pie

Somos personas, andantes, de a pie; somos ciudadanos comunes pero no corrientes. Somos un proceso que se rehusa a ser cristalizado y por eso la dificultad misma que gira en torno a definirnos y a definir lo que hacemos; somos todos en algún momento: los peatones.

Peatón, refiere directamente a quien anda a pie por la vía pública y la palabra peatonal inauguró su uso para determinar los espacios que eran privativos para peatones; sin embargo esas palabras existían antes de que tuviéramos este problema moderno de la movilidad (problema al que le hemos intentado endosar lo peatonal). Aún así para quien la historia es importante, pues al final es de donde venimos, peatón era aquel sujeto que iba a pie en la guerra, que iba al frente, la carne de cañon; y su traspaso a los asuntos de transporte, tiene que ver con la aparición de la Carta de Atenas en 1933 cuando se decide que por seguridad había que desplazar a los andantes a los costados de las calles, y así aumentar el flujo de los vehículos por el centro del arroyo (en la misma carta se establecía que el nuevo flujo de la máquina debía ser de 50Km/h y 100Km/h).

Es bajo esta misma carta (revisar a detalle items 16, 27, 52, 53, 57, 60, 62, 63) que nos convertimos por primera vez, los caminantes, los peatones, los andantes en “una fuente constante de dificultades”. Obligándonos además, por culpa, a entregarle la superficie de nuestras ciudades a los vehículos motorizados; pelea con burro amarrado, de la cual no fuimos capaces de guardar la cuenta para cobrar la cantidad de metros cuadrados que se gastan no sólo en calles, sino en estacionamientos, talleres, estaciones de servicio, puentes y carreteras.

Excusa barata, además, la de la Carta de Atenas, pues con la pretensión de protegernos y de cuidar la seguridad, nos despojaron de nuestros caminos, y de transitar libremente por la vía pública; y nosotros, ingenuos caminantes, con más de 2000 años de experiencia en movernos por nuestra propia cuenta, animales bípedos y erguidos, les creímos y perdimos. Creímos en un futuro más ágil, en una ciudad más funcional, en unas calles más útiles, creímos en el matrimonio de lo estético y el performance; creímos que nos iban a cuidar, a proteger. Sin embargo, los accidentes de autos contra peatones, son una de las causantes principales de muerte en el mundo. No nos están cuidando, en nuestras ciudades uno o más peatones mueren a diario intentando cruzar una calle que lo separa de su trabajo, de su escuela, de su parque, de su tienda, de su primo, de su amigo, de su esposa, de sus hijos, de su familia; y esas: son muchas muertes.

En un país donde el 75% de los recorridos se hacen a pie, tanto espacio para los autos y tanto atropellamiento debería ser motivo de indignación. Tanta muerte a causa de la velocidad, de la falta de control sobre los motoristas; tanta muerte por falta de planeación, por falta de infraestructura; tanta muerte por preferir inversiones baratas sobre objetivas; tanta muerte por falta de gobernabilidad y por no priorizar a la población: debería ser motivo de indignación, y lo es.

Ya hay indignados, ya se reúnen, se hablan, se ovacionan entre ellos. Ya hay una pequeña revolución peatonal. Ya existe una red de agrupaciones promotoras de los derechos del peatón y veladora por una mejor infraestructura en las ciudades para ellos. Ya existe la Liga Peatonal

Saben que el camino es largo, y lento. Pero no les preocupa. Por que saben también, que llevan consigo la energía de todos los caminantes que han existido en la tierra, el apoyo del grueso de la población que anda todos los días a andar y a desandar lo andado, saben que cargan con su peso el peso de la historia de las ciudades, y que cargan además la transformación urbana, las ciudades igualitarias, las nuevas ciudades democráticas y sostenibles; y no les preocupa cargar todo ese peso, que mueven calle a calle impulsados por su propia energía, sin ningún motor.

Quieren “ciudades tranquilas, seguras, con cero muertes por accidentes viales, en las que caminar de manera agradable no sólo sea posible sino también deseable y base de la convivencia entre ciudadanos”; quieren “fortalecer la participación social como vía de transformación” e “influir en la construcción de políticas públicas para el peatón”; buscan “generar conciencia respecto a un cambio de paradigma en el trato con el peatón” dándole un trato preferente en la vía pública y “exigir transformaciones en la políticas públicas para que ocurra este trato preferente al peatón, en todos los niveles de gobierno”.

Son personas, andantes, de a pie; ciudadanos comunes pero no corrientes. Son un proceso que se rehusa a ser cristalizado. Son miembros de todas las regiones del país. Son académicos, técnicos, profesores, activistas, estudiantes, niñas, niños, señoras y señores de todos los colores y sabores, son ciudadanos. Son contracultura. Quieren ciudades al gusto, a su capacidad, a su escala y a la escala de sus hijos, amigos, conocidos y desconocidos, a la escala de sus relaciones, a una escala humana.

#guerrereando YO QUIERO QUE ESTA CALLE  #1congresopeatonal organizado por Liga Peatonal #guerrereando YO QUIERO QUE ESTA CALLE  #1congresopeatonal organizado por Liga Peatonal

Ya es hora de ceder la ciudad, ya es hora de recuperar el espacio. Ya es hora de que las ciudades se llenen nuevamente de caminantes, de habitantes, de personas por ahí disfrutando la vida, de personas por ahí tranquilas y seguras en sus calles, de personas por ahí tejiendo relaciones de amor y de amistad, de andantes que no están preocupados por llegar siempre a un punto destino. Peatones disfrutando sus ciudades; ciudadanos que no aman la congestión, y que no quieren ciudades aburridas, repetitivas y genéricas, sino todo lo contrario: ciudades únicas, personales, vibrantes.

Ya es hora de reclamar la inversión que se merece el espacio público para los peatones, de que la famosa (la maldita) pirámide deje de ser poesía que se lava en saliva de tantos, y se vuelva práctica. Ya es hora de que los niños y niñas puedan tener la voz que les permita crecer y caminar en la ciudad que desean. Ya es hora de que la velocidad disminuya y no muera ni un sólo peatón más en accidentes de tránsito. Ya es hora de que tengamos calles para ir, sólo, con la excusa de pasear. Ya es hora de que la calle reciba y trate a la mujer con igualdad y respeto. Ya es hora de que la calle de prioridad al peatón. Ya es hora de que se genere una agenda, real, que ponga al 75% de los peatones de México en el centro de su política pública.

La pirámide de prioridad debe dejar de ser una política poética; debe dejar de ser un escudo para separar y aislar la ciudad, espacios y sus habitantes; debe ser una manera real de priorizar y de Re-Organizar la vida en la ciudad de tal manera que sea una ciudad compartida y para todos.  foto: Fernando Valerdi La pirámide de prioridad debe dejar de ser una política poética; debe dejar de ser un escudo para separar y aislar la ciudad, espacios y sus habitantes; debe ser una manera real de priorizar y de Re-Organizar la vida en la ciudad de tal manera que sea una ciudad compartida y para todos.  foto: Fernando Valerdi

 

Pero no se asusten: no quieren acabar con los carros ni obligar a todos a largas peregrinaciones por el mundo para poder ir al lugar deseado. En la ciudad que sueñan hay espacio y cupo para todos. Sólo que los respeten, que respeten la decisión de caminar; el deseo de moverse libremente.

Y yo (nosotros): estamos orgulloso de ser parte de ellos.